Un apasionante relato alrededor de las fuerzas armadas en tiempos de Tutmosis III ha sido la ponencia ofrecida por el egiptólogo y epigrafista en el XVII Encuentro de Egiptología de Fundación Gaselec.

El martes 25 de mayo, en el marco del XVII Encuentro de Egiptología que organiza Fundación Gaselec, Javier Martínez Babón ofreció una fascinante conferencia donde detalló las particularidades del ejército faraónico del siglo XV a. C. y de sus fuerzas armadas.
La presentación corrió a cargo de Gustavo Cabanillas, secretario de la Fundación Gaselec y fundador del Museo Egipcio de Melilla (MEM) que realizó una introducción del perfil del egiptólogo.
Tras agradecer la invitación a la 17ª edición del Encuentro de Egiptología, Martínez Babón comenzó su intervención señalando su pasión por la historia del ejército y el armamento y esclareciendo el título elegido para la conferencia, “si hablamos de ejército faraónico, tenemos que hablar de una gran evolución del ejército, desde las épocas del predinástico hasta el fin de lo que sería el fin de la civilización egipcia. Muchas veces el cine y la literatura pueden inducirnos a errores, podemos ver lo que son el ejército, las batallas y el armamento como algo que no presenta ningún tipo de evolución; da igual que estemos en Reino Antiguo o en Reino Nuevo y esto es erróneo. El ejército egipcio evolucionó y además hay un momento histórico concreto, en el cual se observa, perfectamente este cambio” puntualizó.

Comenzó su ponencia realizando un preámbulo para explicar los antecedentes históricos: del Reino Antiguo al Reino Medio (ca 2650-1785 a. C.) con los objetivos militares como punto de partida.
Así detalló que “el rey era el comandante en jefe de todos los ejércitos, aunque podía delegar en su príncipe heredero y el visir era el responsable del aparato administrativo y daba las oportunas instrucciones a los militares de más alta graduación”.

“Las ciudades de Menfis y Tebas eran las capitales de las dos regiones militares” señaló Babón. Exponiendo a continuación que “a la hora de estudiar la estructura de las fuerzas armadas de Tutmosis III, hay que contar con fuentes de su gobierno y algunos materiales de reinados posteriores” desarrollando durante la ponencia las diferentes curiosidades de las campañas: “la unidad básica de infantería era una compañía de 200 a 250 soldados, dirigida por un portaestandarte; diversas compañías formaban un batallón que estaba al mando de un comandante que dirigía sus hombres al combate o como los generales eran responsables de las estructuras administrativas y debían rendir cuentas al visir” explicó.
El ejército se dividía en infantería, la flota y los carros de guerra
El egiptólogo, gran estudioso e investigador de la materia, reveló como “en aquella época no había barcos de guerra, con lo cual la flota estaba constituida por bajeles de transporte para movilizar soldados, carros y caballos. Por fuentes históricas posteriores, la unidad básica de los carros de guerra estaba formada por 50 carros dirigidos por un comandante de caballos. Esa unidad podía dividirse en destacamentos de cinco o diez vehículos; cada unidad poseía sus propios escribas para la cuestión administrativa y su propio estandarte, generalmente relacionado con su especialidad” matizó durante su charla en Fundación Gaselec.

Durante la conferencia descubrimos que “las tropas estaban formadas por soldados profesionales egipcios y nubios y todo militar en activo tenía derecho a que su familia residiera en una colonia exenta de impuestos. Asimismo, los soldados que destacaban en el campo de batalla tenían incentivos tales como:
- El Oro de los Valientes. Equivaldría a las condecoraciones militares de hoy en día. A través de una ceremonia pública, el faraón obsequiaba a sus hombres más aguerridos con joyas y armas de oro y plata.
- Parcelas de tierra cultivable.
- Prisioneros de guerra que se convertían en esclavos que el faraón entregaba a las instituciones o a personajes destacados.
- Obtención de botín. El asalto a una ciudad enemiga podía propiciar beneficios obtenidos a través del saqueo.
- Ascenso jerárquico. La promoción de rangos implicaba dirigir una unidad y mejorar un estatus social.
“Los movimientos tácticos en combate se efectuaban al son de tambores y trompetas”
Javier Martínez Babón
Babón continuó desgranando aspectos de las fuerzas armadas del ejército faraónico del siglo XV a. C. en la exposición “el peso del combate era llevado por la infantería, dividida en unidades de arqueros y de infantes pesados que portaban escudo, lanza y hacha. En aquella época los carros hostigaban al enemigo cuando éste se retiraba después de la batalla. Además de diferenciar que “el recuento de bajas enemigas se efectuaba mediante la amputación y posterior suma de las manos derechas de los caídos. Cuando era necesario efectuar grandes movilizaciones, se organizaban milicias de apoyo entre la población civil” matizó el egiptólogo.

El armamento como exponente de una tecnología avanzada
“Egipto nunca había sido un país que hubiera destacado por un armamento puntero, puesto que carecía de grandes recursos madereros para la fundición de metales” prosiguió, “el control sobre ciudades cananeas de gran tradición metalúrgica dotó a las tropas egipcias del armamento más moderno que había en el Próximo Oriente asiático” recalcó Martínez Babón.
Un amplio repaso al estudio realizado a lo largo de los años del ejército y el armamento llevó a conocer más pormenores. Igualmente “al margen del carro de guerra tirado por dos caballos, vehículo que fue introducido en Egipto durante la época de dominio hicso, las armas más importantes que utilizaron los soldados egipcios de esta época fueron:
Para el combate cuerpo a cuerpo:
- El hacha con hoja de bronce. Arma fundamental para los soldados de infantería que, incluso, podían lanzarla contra el enemigo.
- El puñal y la espada corta con hojas de bronce. Menos habituales que la anterior. En tiempos de Tutmosis III estos objetos se elaboraban fundiendo hoja y empuñadura en una sola pieza de bronce.
- La espada curva de bronce. Arma de origen mesopotámico, muy excepcional en este período.
- La lanza con punta de bronce. Era un arma habitual de los soldados de infantería.

Arrojadizas:
- El arco simple, elaborado a partir de una vara de madera de acacia. Este tipo de objeto tenía una gran tradición en las filas del ejército.
- El arco compuesto. Esta modalidad era de origen mesopotámico y fue introducida en Egipto por los hicsos.
- Flechas y jabalinas con puntas de bronce. Las puntas de bronce eran útiles para perforar defensas corporales del enemigo.
- Hondas. Aunque no están documentadas explícitamente en esta época, hay evidencias de su uso antes y después de la misma.
Defensivas:
- Los escudos de madera eran los objetos más característicos de defensa.
- Cascos coniformes y protecciones corporales fabricadas con placas de cuero endurecido o metal. A partir del gobierno de Tutmosis III se documenta la llegada de estos objetos desde tierras asiáticas, aunque, por lo que se sabe, su número debió ser escaso.

A lo largo de más de una hora fue desglosando las acciones y detalles de las formas y maneras en las que funcionaba el ejército, centrándose en el de Tutmosis III con datos, fotografías y anécdotas recogidas a lo largo de sus estudios y publicaciones.
Al finalizar la ponencia llegó el turno de preguntas de los asistentes a la conferencia virtual. Fueron casi un centenar de personas conectadas desde diferentes ciudades españolas y de países como Holanda, Alemania, Italia, Perú, Argentina, México o Ecuador.
Aquí puedes ver la conferencia completa.